En unas horas disputaremos el segundo partido clave de la competición, ya que nos jugamos entrar en el cruce de cuartos. Es un partido importante, y debemos dar el máximo, ya que para nosotros sería una desilusión muy grande no pasar. Tenemos que salir concentrados desde el primer momento porque a estas alturas de la competición no se puede confíar en la teórica superioridad de unas selecciones sobre otras: cada equipo va a jugar sus bazas, y si no estás metido en el partido y tienes un mal día, te vas para casa.

El batacazo contra EE.UU. ya está superado (cuando juegas un día sí y uno no, una vez analizado el partido, debes centrarte en el siguiente enfrentamiento y no puedes estar mirando atrás), y contra Angola reaccionamos bien y recuperamos las buenas sensaciones. También nos ha venido bien salir de la Villa. El lunes cenamos en un restaurante que ha abierto un español en Beijing, así que cambiamos un poco de aires, lo pasamos bien y nos sirvió para hacer grupo.

Y ahora a jugarnos el pase contra Croacia, un equipo con oficio al que conocemos bien, y que sabe aprovechar sus opciones. Si nos encontramos bien y conseguimos imponer nuestro ritmo tenemos muchas opciones de ganar, pero será el equipo que mejor sepa manejar la tensión el que continúe en la lucha por las medallas.

Aquí nadie regala nada

La verdad es que nuestro segundo partido no salió como esperábamos. Tras ver la actuación de China contra EE.UU., sabíamos que el equipo chino saldría fuerte, pero pensamos que no aguantarían el ritmo durante todo el partido, como les pasó contra los americanos. Efectivamente, salieron muy confiados e impusieron un ritmo muy alto desde el primer momento. Nuestros primeros 8-10 minutos fueron correctos, pero a medida que avanzaba el encuentro veíamos que el equipo chino no aflojaba y que nos iba cogiendo ventaja. Conseguimos recortar la distancia y ponernos muy cerca en el marcador, pero volvieron a escaparse: sin duda, no era el enfrentamiento que habíamos previsto. Nos cambiaron el guión, y eso nos generó bastante ansiedad, al ver que se nos podía escapar el partido.

Afortunadamente, pudimos reaccionar y llevar el partido a la prórroga, que ya fue otra historia. Después de mantener un ritmo intenso y continuado durante todo el encuentro, China acusó el esfuerzo en el tiempo añadido, y pudimos resolver. Aunque sufrimos más de la cuenta, este tipo de enfrentamientos también tienen su lectura positiva. Y es que es importante tener la capacidad de sacar un partido adelante cuando las cosas no salen como esperas, y también nos sirve de toque de atención para tenerle el máximo respeto a todas las selecciones, tal como se merecen. Que aquí nadie regala nada...

Un buen comienzo

El domingo empezamos la competición, y nos enfrentamos a un rival de gran entidad, como es el equipo griego. La verdad es que estamos muy satisfechos por el resultado conseguido por varios motivos. En primer lugar (y aunque sea muy obvio), porque ganamos: debutar con una victoria siempre es importante, ya que te da confianza y te quita presión. En segundo lugar, porque Grecia era un rival directo para la clasificarse y sus jugadores venían más rodados que nosotros al haber tenido que jugar la segunda fase del preolímpico. Y en tercer lugar, porque hicimos un partido muy completo y con buen ritmo.

Aíto hizo muchas rotaciones para dar minutos a todos los jugadores, y eso también es positivo, ya que todos los integrantes del grupo debemos ir cogiendo ritmo de competición y estar preparados para saltar pista en cualquier momento. Físicamente nos encontramos bien, y las sensaciones fueron buenas. También nos motivó el ambiente del estadio. Había bastante público, y recibimos el apoyo tanto de las autoridades españolas como de un amplio grupo de seguidores que no pararon de animarnos, y eso siempre es un plus. Así que muchas gracias a todos los que nos seguís y apoyáis, ya sea en el estadio, a través de los medios de comunicación, o simplemente leyendo este blog de Lenovo.

El siguiente partido nos enfrenta a China, equipo anfitrión que viene dolido por la abultada derrota contra EE.UU., así que no será un encuentro fácil. Seguiremos en contacto.

Calentando motores

Bueno, pues ya llevamos una semana en la Villa Olímpica, y ahora empieza lo bueno... Este periodo nos ha servido de toma de contacto, ya que los primeros días siempre son de nerviosismo hasta que te ubicas. El viaje lo hicimos bastante bien, ya que lo planificamos para ir durmiendo la mayor parte del tiempo e ir adaptándonos al horario, así que no sufrimos los estragos del temido “jet-lag”, y al día siguiente de llegar ya estábamos todos en buenas condiciones para empezar con el trabajo de preparación.

En esta ocasión hemos tenido suerte, y la verdad es que estamos muy bien situados dentro de la Villa Olímpica, muy cerca de los autobuses, del comedor y de las zonas comunes. Las casas donde nos alojamos son muy cómodas: están divididas en pisos de tres habitaciones para dos personas y son espaciosas y confortables, lo que facilita la convivencia (que aunque nos llevamos bien, eso de compartir el baño entre muchos siempre genera polémica...). Además, a mí me han dejado elegir la habitación más grande por ser el capitán...

Cómo véis, todo está marchando bien, no hemos tenido ningún contratiempo importante, y tras los primeros 2/3 días de adaptación “logística” (en los que tienes que organizarte con la ropa, averiguar dónde puedes comprar pilas, cómo funciona la lavandería o qué servicios te ofrece la Villa Olímpica), hemos normalizado nuestra rutina de entrenamientos para centrarnos en la competición.

También tuve la oportunidad de reunirme con otros de deportistas españoles en la recepción que dieron los Príncipes de Asturias en la Casa de España para transmitirnos su apoyo, a la que asistimos Bernie, Ricky y yo. Lo pasamos bien, comimos tortillita de patata y jamón (que ya lo empezábamos a echar de menos) y conocimos a atletas de otras disciplinas deportivas con los que compartimos experiencias.

Luego llegó el gran día: la inaugauración de los Juegos. Lo cierto es que supone un desgaste físico importante, ya que salimos hacia el estadio olímpico a las cinco de la tarde y no regresamos hasta la una de la madrugada. Además, hacía un calor sofocante, pero la emoción de desfilar con tu país lo compensa todo. Después de una larga espera, por fin llegó el momento. En principio teníamos que salir ordenados en tres filas de tres atletas de chicos y chicas para componer la bandera de España, pero nada más salir, debido a los nervios y la emocíón, nos mezclamos todos y ya no hubo forma de recomponer los grupos, e incluso hubo un momento en que yo acabe desfilando con Islas Vírgenes...

Por fin, hoy empezamos las competiciones. Debutamos contra Grecia, nada más y nada menos, una buena piedra de toque para ver cómo nos encontramos. En teoría, ellos viene más rodados, pero por el momento las sensaciones son buenas, así que esperamos hacer un buen papel. Ya os contaré mis impresiones después del partido. Hasta pronto.